A las 19:00 llegamos a nuestro destino y nos
enseñaron las instalaciones en las que íbamos a convivir a lo largo del fin de
semana.
Tras la presentación el hambre llamaba a
nuestras tripas. Al finalizar la cena unos osos llegaron a la estación y
tuvimos que enfrentarnos a ellos, después de esta frenética batalla nos fuimos
a dormir.
A las 8 de la mañana sonó el despertador en un
día lluvioso, provocando que nuestro plan inicial se viese trastocado, pero
gracias a la labor de l@s monitor@s pudimos desempeñar otro tipo de actividades
igual de divertidas como: pelota canadiense, ultimate, flag football, tiro con
arco, vivac, piscina y entrenamientos.
Con la noche llegó la fiesta, y aún nos
quedaban fuerzas para bailar y darlo todo en la discoteca.
El sol nos acompañó en nuestro último día en
Manzanea, y por fin pudimos llevar a cabo las ansiadas actividades al aire
libre: karts, escalada, vivac.
Al finalizar esta agitada mañana, fuimos a por
nuestra última comida y poner rumbo a casa otra vez.
Nos gustaría destacar los momentos vividos en
estos días de convivencia, en los que todo el grupo estaba unido ya sea en
comidas, actividades y tiempo libre, donde reinaba la confianza, respeto y
compañerismo en todo momento, sin importar edades, ni equipos.
Pablo Gesteira, monitor de la actividad.
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