Ayer se cerró la temporada
para el equipo Alevín “B” de fútbol sala con el último entrenamiento en el
colegio. Y qué mejor manera de cerrar el año que recibiendo la copa de
campeones de liga que habíamos logrado conquistar este último fin de semana.
Una representación de la
federación de fútbol se personó en el colegio para hacernos entrega del trofeo,
en un acto que contó con la presencia de los padres de nuestros jugadores, que
pudieron ver cómo sus hijos disfrutaban del momento de levantar su primera
copa, fruto del esfuerzo de toda la temporada. Además, también tuvimos la
suerte de contar con la presencia del coordinador de actividades paraescolares,
así como la del director del colegio.
El camino hasta este final de
temporada no fue fácil. Comenzábamos los entrenamientos en el mes de octubre,
con todas las restricciones establecidas por la Xunta derivada de la pandemia
en la que todavía nos encontramos. No fue un inicio de temporada fácil para
nadie, niños, los entrenadores, coordinadores, etc. Cada entrenamiento se
convertía en un ejercicio de supervivencia, buscando la manera de realizar
tareas que resultasen atractivas para nuestros jugadores, a la par de efectivas
para el aprendizaje deportivo. Con cada nueva reunión de la comisión sanitaria
volaba sobre nuestras cabezas la posibilidad de que cortasen las actividades y
no pudiésemos seguir con los entrenamientos.
Tras unos meses duros llegaba
la primavera con noticias esperanzadoras, había la posibilidad de que se
iniciase la liga en los próximos meses. Ya no nos importaba el hecho de tener
que jugar con la mascarilla (el deseo de volver a competir era infinitamente
superior a la ligera incomodidad que esto puede conllevar). Podíamos volver al
entrenamiento con contacto, realizando ejercicios grupales en lugar de
individuales como hasta ahora. Las caras de los niños en los entrenamientos
mostraban unas tremendas ganas de empezar a competir de nuevo.
Y así fue, pasó Semana Santa y
encaramos nuestro primer amistoso previo al inicio de la liga. Durante la
primera fase los resultados no fueron los esperados por el grupo. Pese a que el
trabajo estaba siendo bueno y que, en la mayoría de partidos, conseguíamos competir
de tú a tú con el rival, no conseguíamos cosechar buenos resultados. Pero todo
cambió en la segunda fase. Poco a poco fuimos capaces de ir asentando los
aspectos técnicos y tácticos desarrollados en los entrenamientos, y los
resultados comenzaron a llegar. La motivación de vernos arriba en la
clasificación provocaba más ganas de trabajar y de seguir aprendiendo cosas
nuevas. Todo este trabajo derivó en una última jornada en la que, con un
empate, conseguiríamos alzar el título de campeones, pero no nos conformábamos,
queríamos ganar el partido. Sabíamos que no iba a ser fácil, ya que con este
rival el resultado de la primera vuelta había sido un empate, y cualquier
despiste nos podía acabar relegando al segundo puesto. Nuestros chicos salieron
muy enchufados al partido, y desde el principio dejaron claro que la copa se
iba a quedar en el colegio. Con esa victoria se cerraba una liga en la que el
equipo consiguió desplegar todo su juego, acabando con 19 goles a favor por
solamente 5 en contra, fruto del gran esfuerzo colectivo.
Por mi parte, sólo queda darle
la enhorabuena y las gracias a este grupo, que durante todo el año ha mostrado
un gran compromiso y una ilusión enorme por practicar este deporte. Gracias a
Izan Rodríguez, a Eloy, a Xurxo, a Izan Vázquez, a Antón, a Luis, a Diego, a
Miguel, a Brandán, a Teo, a Gabriel, a César, a Aarón y a Andrés.
Javier Álvarez, entrenador del
equipo.
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